El III Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha 2018-2022 se ha desarrollado en el seno del Consejo de Formación Profesional de Castilla La Mancha regulado en la Ley 1/2001, de 05-04-2001, realizando las funciones encomendadas como órgano consultivo, de asesoramiento, de coordinación y de participación institucional y social en materia de formación profesional en nuestra región.
El III Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha 2018-2022, se inscribe en El Eje 3 del Pacto por la Recuperación Económica de Castilla-La Mancha 2015-2020, “Cualificación y Recursos Humanos”.
El Plan de acción se estructura en 4 ámbitos, 17 líneas de actuación y 36 medidas:
- Formación de calidad
- Innovación y conocimiento
- Orientación a la persona y a la empresa
- Gestión integrada
Las principales novedades y aspectos a destacar del III Plan de FP son:
- Aborda la cualificación de los jóvenes, los trabajadores desempleados y los trabajadores ocupados desde un sistema integrado. Ese reto presenta aún un importante campo de mejora para evitar que las lógicas educativa y laboral caminen en paralelo, sin generar suficientes puntos de encuentro, ni optimizar la complementariedad de las “competencias” diferenciadas que aportan las dos vertientes del sistema.
- Desarrolla estructuras y procedimientos para el traslado de las políticas fijadas al conjunto del territorio (Programas de Articulación Territorial y de Articulación Sectorial)
- Establece un Modelo propio de Detección de Necesidades Formativas que garantice que la formación profesional está adaptada a las características y necesidades de los diferentes colectivos, sectores y territorios de Castilla La Mancha y oriente periódicamente la oferta educativa y laboral de referencia.
- Pretende hacer presente socialmente la Formación Profesional a través de los medios de comunicación y las redes sociales, no como una campaña publicitaria momentánea e intensa, sino como un esfuerzo de comunicación continuado.
- Apuesta por el desarrollo de convocatorias estables y sistemáticas para el reconocimiento de competencias adquiridas por la experiencia; y por su extensión progresiva a cualificaciones de diferentes familias profesionales; de modo que esta vía se consolide como una forma de obtención de cualificaciones oficiales reconocible y habitual.